lunes, 28 de abril de 2008

APUNTES A PROPOSITO DE LA PRECARIZACIÓN

Todos/as usamos las palabras precarización o trabajo precario para referirnos a nuestras condiciones laborales, pero ¿a qué nos estamos refiriendo cuando las utilizamos? Un trabajo precario es aquel en donde el/la trabajador/a no goza de los derechos laborales que históricamente hemos conquistado: derecho a vacaciones, obra social, ART, salario familiar, portes jubilatorios.
¿Cómo se llegó a naturalizar esta situación laboral que padecemos? ¿Cómo se llegó a que sólo el 40% de los/as trabajadores/as asalariados/as accedan a estos derechos laborales?
A mediados de la década del `70 comienza un proceso de cambio en el mundo del trabajo que va a consolidarse en los `90.
La implantación de la flexibilización laboral como forma regulada de la gestión de la fuerza de trabajo fue precedida por dos hechos fundadores que anteceden y soportan este cambio productivo: el terrorismo de Estado de mediados de los `70; y las espirales inflacionarias que culminan en hiperinflación a fines de los `80.
Ambos implicaron tanto el disciplinamiento político como el económico de la clase trabajadora. Como consecuencia las relaciones laborales asumieron nuevas formas, derribándose así la construcción histórica y legal del mercado laboral, que se caracterizaba por: contratación por tiempo indeterminado, salario directo e indirecto[1] como tipo generali-
zado de remuneración, limitación de la jornada laboral, interlocución con el colectivo sindical, relación armónica entre las calificaciones exigidas y el trabajo a desempeñar.
Estos cambios que se logran imponer a través del disciplinamiento de la clase trabajadora son los que hacen posible que se vulneren derechos que fueron conquistados a través de la lucha. Es hora que volvamos a exigir que estos derechos se respeten.
[1] Por salario indirecto entendemos a las percepciones que acompañan la remuneración en mano: vacaciones, aguinaldo, salario familiar, indemnización, aportes jubilatorios.

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